En la constante búsqueda por construir y mantener edificios con menor impacto ambiental, un grupo de jóvenes arquitectos alemanes están experimentando con el material natural por excelencia para sus construcciones: árboles y plantas. Sí, los profesionales están diseñando estructuras sostenidas por árboles vivos.
Para realizar las mismas, trabajan con plantines de sauces de un año de vida de al menos 10 metros, que por su flexibilidad permiten ser modelados. Primero se montan esqueletos de acero con la forma deseada, y luego se le agregan los sauces, que van creciendo rodeando al acero. Después de algunos años (y luego de una inspección por parte de un ingeniero), se retira el esqueleto y se incorporan techo y pisos, que podrán ser sostenidos por los árboles maduros.
Un artículo de Der Spiegel (vía TreeHugger) informa que los jóvenes que experimentan con esta técnica son Ferdinand Ludwig, Oliver Storz y Hannes Schwertfeger, quienes llaman a su trabajo "construcción botánica". Los mismos se encuentran estudiando la elasticidad de los árboles y cuán efectivamente los sauces pueden crecer alrededor de tubos de acero en el Instituto de Básicos del Diseño Arquitectónico Moderno de la Universidad de Stuttgart.
No se trata de un proyecto a futuro: los arquitectos ya han cubierto con sauces una una pasarela cerca del Lago Constance en el sur de Alemania y una torre de observación de pájaros en el bosque de Bavaria. Ahora planifican un pabellón de exposiciones para conciertos y muestras en Stuttgart y una torre de 26 pisos en el Lago Constance.
Por supuesto, el experimento presenta sus dificultades: por ejemplo, la savia de los árboles no debe ser afectada por los metales para que la estructura se mantenga sana; las plantas no son paredes y requieren de mucho mantenimiento; y está el tema de que cuando un árbol se adhiere a una estructura firme, no desarrolla tanta fuerza como uno que crece solo.
Pero aunque esta técnica no vaya a suplantar a la construcción, es una interesante aproximación a la utilización de materiales naturales. Y los arquitectos aseguran que es interesante explorar el habitar en un entorno que se modifica todo el tiempo.
Para realizar las mismas, trabajan con plantines de sauces de un año de vida de al menos 10 metros, que por su flexibilidad permiten ser modelados. Primero se montan esqueletos de acero con la forma deseada, y luego se le agregan los sauces, que van creciendo rodeando al acero. Después de algunos años (y luego de una inspección por parte de un ingeniero), se retira el esqueleto y se incorporan techo y pisos, que podrán ser sostenidos por los árboles maduros.
Un artículo de Der Spiegel (vía TreeHugger) informa que los jóvenes que experimentan con esta técnica son Ferdinand Ludwig, Oliver Storz y Hannes Schwertfeger, quienes llaman a su trabajo "construcción botánica". Los mismos se encuentran estudiando la elasticidad de los árboles y cuán efectivamente los sauces pueden crecer alrededor de tubos de acero en el Instituto de Básicos del Diseño Arquitectónico Moderno de la Universidad de Stuttgart.
No se trata de un proyecto a futuro: los arquitectos ya han cubierto con sauces una una pasarela cerca del Lago Constance en el sur de Alemania y una torre de observación de pájaros en el bosque de Bavaria. Ahora planifican un pabellón de exposiciones para conciertos y muestras en Stuttgart y una torre de 26 pisos en el Lago Constance.
Por supuesto, el experimento presenta sus dificultades: por ejemplo, la savia de los árboles no debe ser afectada por los metales para que la estructura se mantenga sana; las plantas no son paredes y requieren de mucho mantenimiento; y está el tema de que cuando un árbol se adhiere a una estructura firme, no desarrolla tanta fuerza como uno que crece solo.
Pero aunque esta técnica no vaya a suplantar a la construcción, es una interesante aproximación a la utilización de materiales naturales. Y los arquitectos aseguran que es interesante explorar el habitar en un entorno que se modifica todo el tiempo.
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