Una de las consecuencias del calentamiento global es el aumento de la temperatura de los océanos. Entre otros efectos, esto podría causar el derretimiento de los glaciares y un consecuente crecimiento del nivel del mar, y la generación de emisiones de metano.
Desafortunadamente, dos noticias negativas se dieron a conocer esta semana en torno a este tema. Por un lado, la temperatura de la superficie del océano ha marcado un nuevo récord; por otro, un estudio determinó que ya se están registrando emisiones de metano por el calentamiento del mar.
De acuerdo a un nuevo análisis del Centro Nacional de Datos Climáticos de Asheville, EEUU, la temperatura de la superficie del océano ha roto un nuevo récord. Durante julio, se registraron temperaturas más de medio grado Celsius más altas que el promedio de las registradas durante el siglo XX. Las mismas mediciones determinaron que el planeta en general estuvo más cálido que lo normal, con mayor incidencia del calor en Europa, Africa del norte y el Noroeste de América.
Por otro lado, aunque llamativamente en relación a lo anterior, un informe del Centro Oceanográfico Nacional de Southhampton publicado en Science Daily determinó que ya se registran emisiones de metano provenientes del hidrato de metano almacenado en los sedimentos que se encuentran en el lecho marino.
El hidrato de metano es una sustancia compuesta por agua y metano que parece hielo y se encuentra en las superficies profundas del océano. Es estable con temperaturas bajas y bajo mucha presión, pero al salir de estas condiciones puede generar emisiones de metano, que es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el carbono.
Los científicos habían advertido que un aumento de temperatura del océano podía generar esto, pero no pensaron que podría estar pasando ya en este momento. El proceso se registró en un margen del océano Artico llamado West Spitsbergen, y aseguran que, si se extiende, podría llegar a generar decenas de megatoneladas de metano por año. Por el momento el metano generado se disuelve en el agua antes de llegar a la atmósfera, pero de todas formas contribuye a la acidificación del océano.
Mientras se llevan a cabo más estudios para determinar qué podría provocar este metano, el hecho de que un fenómeno que parecía lejano esté pasando crea preocupación en cuanto a la proximidad de los efectos del calentamiento global. ¿Podrán los líderes del mundo llegar a un acuerdo en Copenhague que logre frenar estos cambios?
Desafortunadamente, dos noticias negativas se dieron a conocer esta semana en torno a este tema. Por un lado, la temperatura de la superficie del océano ha marcado un nuevo récord; por otro, un estudio determinó que ya se están registrando emisiones de metano por el calentamiento del mar.
De acuerdo a un nuevo análisis del Centro Nacional de Datos Climáticos de Asheville, EEUU, la temperatura de la superficie del océano ha roto un nuevo récord. Durante julio, se registraron temperaturas más de medio grado Celsius más altas que el promedio de las registradas durante el siglo XX. Las mismas mediciones determinaron que el planeta en general estuvo más cálido que lo normal, con mayor incidencia del calor en Europa, Africa del norte y el Noroeste de América.
Por otro lado, aunque llamativamente en relación a lo anterior, un informe del Centro Oceanográfico Nacional de Southhampton publicado en Science Daily determinó que ya se registran emisiones de metano provenientes del hidrato de metano almacenado en los sedimentos que se encuentran en el lecho marino.
El hidrato de metano es una sustancia compuesta por agua y metano que parece hielo y se encuentra en las superficies profundas del océano. Es estable con temperaturas bajas y bajo mucha presión, pero al salir de estas condiciones puede generar emisiones de metano, que es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el carbono.
Los científicos habían advertido que un aumento de temperatura del océano podía generar esto, pero no pensaron que podría estar pasando ya en este momento. El proceso se registró en un margen del océano Artico llamado West Spitsbergen, y aseguran que, si se extiende, podría llegar a generar decenas de megatoneladas de metano por año. Por el momento el metano generado se disuelve en el agua antes de llegar a la atmósfera, pero de todas formas contribuye a la acidificación del océano.
Mientras se llevan a cabo más estudios para determinar qué podría provocar este metano, el hecho de que un fenómeno que parecía lejano esté pasando crea preocupación en cuanto a la proximidad de los efectos del calentamiento global. ¿Podrán los líderes del mundo llegar a un acuerdo en Copenhague que logre frenar estos cambios?
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